Una cosa te voy a decir:
Gracias.
Y otra cosa más importante también te voy a decir.
Pero te lo diré al final del email.
No te preocupes, es una chorrada como un piano de grande. Pero así yo practico esto de crear (fucking) FOMO y tú, con suerte, te quedas hasta el final del email.
Hablemos de lo que aprendí con un vídeo de un friki bailando solo en un festival
La escena es simple: un festival, un tío moviéndose mucho.
Mucho.
Pero mucho, mucho.
Puede que estuviera más colocado que un político en una energética. O puede que no. Eso da igual. Porque no estamos aquí para juzgar a nadie. O sí, pero hay otros que seguro que lo merecen más.
A lo que iba. Lo importante es que se mueve mucho. Y está solo. Y sin camiseta. Y sin calcetines. Y sin zapatos. Solo.
¿Lo tienes visualizado?
Una vez más: un tío “bailando” solo. Haciendo, a priori, el ridículo.
Todos hemos sido este tío alguna vez. Tú lo sabes. Yo lo sé. Y gente a la que no recordamos pero ellos a nosotros sí, también lo sabe.
Pero lo importante no es esto. Lo importante es lo que pasa luego.
Que alguien se le une.
Otro tipo, mitad valiente, mitad inconsciente y mitad seguramente “alegre”, decide que merece la pena. Que qué coño. Que eso pinta divertido. Lo de bailar y lo de que te sude la polla todo. Que estamos aquí para pasarlo bien, joder. Que carpe diem y a desfasar.
Todos hemos sido este tío alguna vez. Todos tenemos un amigo que ES ese tío.
Y tras unos segundos, llega una tercera persona.
Y una cuarta.
Y dos más.
Y tres de golpe.
Y de repente, hay una avalancha de peña y se monta la de San Quintín. Un festival dentro de un festival.
¿Por qué? ¿Qué ha pasado?
El loco que sigue al loco
Resulta que ese tío que se ha puesto a seguirle el rollo al tarao sin camiseta, ha hecho algo mucho más grande que simplemente sumarse a la fiesta privada del notas en cuestión.
Lo que ha hecho es legitimarlo. Lo ha validado.
De pronto, ya no es un tío borracho bailando como Jack Sparrow. Ahora es un tío borracho bailando como Jack Sparrow… y con un seguidor.
Un seguidor que con ese acto le está gritando al resto del festival:
“¡EHHH! Que este tío mola. ¡¡¡Es un tío de puta madre!!!
Y la gente le hace caso y se une. Y bailan. Y ríen. Y ahora salen en un vídeo viral en youtube que lo mola todo.
Y eso ha sido posible porque ese primer valiente/inconsciente/alegre les ha enseñado el camino.
Yo soy el friki bailando. Tú el que hace que esto mole
Yo soy el friki del festival. Este proyecto, estas notas, esta idea de aprender en público… es mi baile raro en medio de un mundo donde parece no haber espacio para la duda ni para reconocer que no sabemos de todo.
Y tú, al estar aquí, al leer esto, eres quien transforma todo esto en algo con sentido. Eres tú el que primero se acerca pensando “esto puede molar”.
Porque el verdadero líder no es el que empieza, sino el primero que decide que la apuesta merece la pena.
Sin ti, esto no pasaría de ser un experimento raro del que nadie habría oído hablar nunca.
Pero contigo, ya somos al menos dos. Y ahora, a ver qué pasa.
Esto era lo importante que te quería decir.
Bienvenido al baile.
Un abrazo,
El Notas Atómico ⚛️
El primer seguidor es el líder en la sombra
El verdadero inicio de un movimiento no lo marca el líder, sino el primer seguidor, que es quien valida públicamente la visión.
Sin el primer seguidor, un líder sigue siendo solo un loco solitario.
Ser el primer seguidor requiere valentía: arriesgarse al ridículo es una forma de liderazgo poco valorada.
Los seguidores iniciales inspiran a otros. La multitud no sigue al líder, sigue a los primeros que se unieron.