Hoy hablamos de pollas y de gilipollas


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Será la primavera.

O será que estoy bajo los efectos de una otits y que hoy no he dormido bien.

O será que como hoy van a salir cosas de políticos necesitaba hablar de algo que subiera el nivel.

Total, que hoy vamos a hablar de pollas y de gilipollas.

Y es probable que este mail acabe en tu bandeja de spam porque a quienes deciden qué contenido es apropiado enviar por internet (o no) este correo no les guste.

Así que tampoco es descartable que esté hablando solo ahora mismo y que no me estés leyendo.

Al lío.


Juguemos a las películas

¿Sabrías decir qué película es la más rentable de la historia en términos de ROI (cuánto generó por cada euro invertido)?

⛄️ ¿Frozen?
🚢 ¿Titanic?
👻 ¿Paranormal activity?
💨 ¿Lo que el viento se llevó?

No.

No.

Casi.

Y no.

La película más rentable se llama Deep throat, es de 1972, y cuenta la historia de una mujer incapaz de llegar al orgasmo que descubre que su punto G lo tiene en el fondo de la garganta.

NO es cine español, no.

Aunque podría.

Las cifras exactas bailan según qué fuentes consultes, pero parece que hay consenso en que ninguna otra película ha sido capaz de superarla… ni de que se esté cerca de conseguirlo.

Se calcula que costó unos 250 000 dólares de las antiguas pesetas.

Y se calcula que recaudó entre unos 25 y unos 600 MILLONES de dólares.

La recaudación varía tanto porque resulta que la mafia estuvo involucrada en la producción y, digamos, que si eres mafioso tiendes a no declarar todo lo que ganas.

Pero asumiendo la parte baja de la horquilla hablamos de un 100.000% de beneficios.

OLE AHÍ

Si compraste un bitcoin cuando costaba menos de $1 sabes de lo que te estoy hablando…. siempre y cuando no lo vendieras antes de este año.

Si no, no.

Y así que sí.

La película más rentable de la historia es una película porno financiada por la mafia.

Y el hecho de que así lo fuera se lo debe, básicamente, a la administración Nixon.

Aaaaaaahhhh. Por lo de garganta profunda…. claro

Bueno, parece que el Washington Post utilizó el nombre de esta película como broma interna para nombrar al informante que destapó el escándalo del Watergate.

La historia de este éxito es, más o menos, ésta.


El contexto: Los locos 70

Principios de los 70.

La revolución sexual en plena ebullición.

Vietnam. Hippies. Drogas. Sexo. Rock and roll.

What a time to be alive

Los tabúes sexuales estaban cayendo como las bolsas con los primeros aranceles de Trump.

O como 15 gigawatios de demanda en la mejor red eléctrica del mundo.

Hasta el punto de dar lugar a un movimiento llamado porno chic

¿Y qué coño es eso?

Pues una moda que surgió en los 70 en la que ver porno era COOL.

Vamos, que la gente iba a ver “Garganta Profunda” y luego presumía de ello.

Era como escuchar atentamente letras de reguetón, pero entre intelectuales.

Y es que, además, esta película tenía trama.

Tenía un argumento.

Alguien incluso se había molestado en escribir un guion.

Así que, para los culturetas gafapastas de la época (los cuales me merecen muchísimo más respeto que los meapilas puritanos de ahora) era la mezcla perfecta.

A ver, que la peli seguía siendo una mierda de peli, pero yo qué sé… Gafapastas, ya sabes.

¿Se sigue diciendo gafapastas? 🤔

Tú ya me entiendes.

Y la cosa se empezó a CALENTAR cuando empezaron a ir famosos.

Jackie Onassis.
Truman Capote.
Frank Sinatra.
Jack Nicholson.

La mezcla era CASI perfecta.

Todo el mundo iba a verla (aprobación social) y encima iban famosos (de este heurístico todavía no te he hablado)

Sólo faltaba una cosa para que la cosa petara de verdad…

Nixon se pone DURO

Y entonces llegó Nixon EMPALMADO con su cruzada moral.

La administración Nixon fue con TODO LO GORDO contra la película iniciando una brutal persecución legal.

Detuvieron a actores, directores y distribuidores.

La censuraron en 23 estados.

El caso llegó hasta el Tribunal Supremo.

Vamos, que intentaron CEPILLÁRSELA.

¿Y qué consiguieron?

Exactamente lo contrario de lo que buscaban.

En vez de silenciarla, la convirtieron en un fenómeno cultural de LA POLLA.

En vez de esconderla, la pusieron EN BOCA DE TODOS.

¿Y sabes por qué pasó esto?

Si leíste el mail de la semana pasada deberías tener una ligera intuición de por dónde van los tiros.

La censura activa la reactancia psicológica

Resulta que la censura, en el fondo, no es más que limitar el acceso a información.

Y la semana pasada te contaba, además de que Canadá es el mayor exportador de lentejas del mundo, que a las personas no nos gusta que nos quiten acceso a “cosas” a las que ya teníamos acceso.

Porque perder acceso a “cosas” es equivalente a una pérdida de libertades.

Y a casi nadie le gusta perder libertades (con la excepción de los militantes políticos a los que hoy les voy a dar hasta en el paladar, pero les va a gustar).

Bueno, pues la información cuenta como “cosa” a la que no queremos perder acceso.

Y menos en un mundo como el actual en el que el acceso a la información tiene una relación muy directa con el dinero y el poder.

Así que, como era de esperar, limitar el acceso a información, hace que todos nosotros tengamos MÁS GANAS QUE ANTES de acceder a dicha información.

Que si Nixon no se llega a intentar follar la película (ésta es la última gracia de éstas, lo prometo), lo más probable es que la hubiera visto mucha menos gente.

El efecto Streisand antes de Streisand

PERO.

Ésta es la consecuencia más obvia de la censura: si me limitas el acceso a algo, voy a querer ese algo más que antes.

Hay otra consecuencia más sutil.

Y que es la HOSTIA

Resulta que nuestro cerebro equipara escasez a calidad.

Tu cerebro:

Las cosas buenas son más difíciles de conseguir que las no tan buenas, luego si algo es difícil de conseguir es que es bueno.

(Esta trampa la hace tu cerebro.

Y el mío.

Yo solo soy el mensajero)

Pues con la información pasa EXACTAMENTE LO MISMO.

Si una información es costosa de conseguir, entonces es que es buena.

Así que si una información es de difícil acceso y, por lo tanto de mejor calidad, pues le daremos más credibilidad.

Vamos, que si leo una noticia en un periódico pero un colega mío me dice que tiene información de primera mano, de su vecina del quinto, la que trabaja en el bar de enfrente del Congreso de los Diputados que ha escuchado a no sé quién decir no sé cuántos… es obvio que esta última información es mejor, porque es más difícil conseguirla.

La otra la consigue cualquiera yendo a internet.

OJO CUIDAO.

MUCHO OJO CUIDAO con esto.

Porque esto es UN PUTO FILÓN para gente (o gentuza) que se quiera aprovechar de nosotros para colarnos un mensaje con poco esfuerzo.

Por ejemplo, partidos con poco peso, o militantes defendiendo argumentos rayanos en la indigencia mental y/o moral podrían optar, no por colocarnos directamente su mensaje, sino por conseguir que se lo censuren.

Es decir, que si tú quieres colocar la basura ideológica de turno y no tienes la capacidad de tener medios de comunicación a tu servicio o de publicar en el BOE, seguramente te salga más a cuenta presentar una ley, una propuesta o decir cualquier burrada en el congreso de los diputados buscando que te la tiren o te la censuren. Porque de esta forma ya tendrás el discurso.

–No quieren que se sepa

–¿El qué? ¿Que eres gilipollas?

Esto quizá explica por qué cerrar la ventana de Overton o limitar la libertad de expresión es malísima idea.

Porque todo lo que quede fuera de dicha libertad o dicha ventana (igual deberíamos empezar a llamarlo saetera) se volverá automáticamente más atractivo para mucha gente…

Una ventana comparada con una saetera. Se ve que la ventana es grande y la saetera pequeña. También sale Overton flipando Diagrama para militantes: una saetera es una ventana muy estrechita donde no cabe casi nada

…y más creíble.

Y esto dará lugar a un aumento de idiotas con una causa.

Y, por lo tanto, en el fondo estaremos actuando en contra de nuestros propios intereses… si es que realmente nuestros intereses van de minimizar la aparición de estos idiotas.

Que si queremos luchar contra la conspiranoia de los antivacunas y evitar las pandemias por sarampión, igual la mejor estrategia es dejarles hablar.

Y que si queremos realmente luchar contra la ultraderecha internacional fascista, o contra el nacionalismo y el identitarismo, cáncer de las sociedades europeas, igual el mejor camino no es la censura.

Pero qué sabré yo.

Yo me limito a leer a Cialdini.

(SI estos últimos párrafos no me granjean unos cuantos unsubscribes me temo que nada lo hará. Al final del correo. Gracias)


Y si estás muy apegado a un partido político, que sepas que a esto juegan todos.

Lo hacen los idiotas de verde, los idiotas de morado, los idiotas de rojo, los idiotas de azul…

Que parte del tacticismo político consiste en presentar denuncias que se sabe que van a perder, para luego decir.

Mimimimimimi. Nos censuran. Mimimimimimi

Da gracias que no te cagas encima

O soltar una burrada del tamaño de una boca de metro para que se lo quiten del diario de sesiones y poder decir

MIMIMIMIMI

A esto te va a responder Pablo Carbonell

Y al hacer eso buscan dos cosas:

Que haya un mayor deseo de saber qué querían decir (los cursis lo llaman viralizarse)

Y hacerse más creíbles.

Pero si eres militante ideológico de alguno de estos partidos políticos, estás de suerte.

En ese mismo momento podrás experimentar una sensación que para la mayoría de gente normal nos está vedada.

En el mismo momento en el que se pone en marcha cada una de estas burdas tácticas de manipulación…

En ese mismo momento notarás una sacudida eléctrica a lo largo de todo tu cuerpo.

Es el orgasmo producido por la polla de tu amado líder (casi siempre es un señor) al frotarse contra el punto G justo al fondo de tu garganta.

Para que luego digan que la política no da placeres.

La semana que viene nos vemos… si no me censuran.

Y, con suerte, cerramos este capítulo de escasez.

Y, con suerte, mi otitis habrá remitido. De momento el chutazo que me han metido en urgencias de diclofenato y dexametasona me ha permitido coger el ordenador y escribir este correo, que dentro de unos años no se habrá podido haber escrito.

Todas las drogas del mundo son pocas cuando hay dolor.

Un abrazo, El Notas Atómico ⚛️

Censurar información la hace más deseable y más creíble

Cuando censuramos una información ésta se vuelve más deseable debido a que se activa la reactancia psicológica.

Si nos quitan el acceso a información no están quitando grados de libertad. Sobre todo en un mundo donde el acceso a la información afecta, cada vez más, al acceso a la riqueza y el poder.

Además, esta información también se hace más creíble porque se activa el heurístico de escasez:

  1. Al censurar hacemos de la información que censuramos algo escaso
  2. Si algo es escaso, es de calidad.
  3. Luego esta información censurada es de alta calidad y, por lo tanto, más creíble

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PD5: Por el culo te la hinco (hoy era TAN obvio…)

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