¿Sabías que Canadá es el mayor exportador de lentejas del mundo?
Pues ya lo sabes.
¿Y qué tiene que ver esto con el email de hoy?
Pues nada.
Pero es que lo que te voy a contar hoy es TAN GUAPO que da igual la intro.
Hoy vamos a hablar de los terribles dos, de adolescentes y de detergentes.
Y de por qué somos, en el fondo, unos toca cojones.
El tema central de hoy se titula Reactancia Psicológica.
Y si tienes hijos de más de dos años, desearás haberla conocido antes.
Al lío.
LA REACTANCIA PSICOLÓGICA
En el último email vimos que a los humanos nos duele perder cosas.
Nos duele perder cosas más de lo que nos motiva ganarlas.
Pues resulta que cuando se reducen nuestras posibilidades u opciones de conseguir algo lo interpretamos como una pérdida de nuestras libertades.
Y, por lo que sea, a casi nadie le gusta perder libertades.
Este deseo de conservar estos derechos adquiridos es la idea central de la teoría de la reactancia psicológica, elaborada por Jack Brehm.
De acuerdo con esta teoría, cuando nuestra libertad de elección se ve limitada o amenazada, la necesidad de conservar esta libertad hace que la deseemos incluso más que antes.
Total, que tener acceso a “cosas” equivale a tener opciones en la vida.
Y que cuantas más opciones tengamos en la vida, de más libertad disfrutamos.
Y que nos gusta la libertad.
Y que si nos restringen dichas opciones, nuestras libertades disminuyen.
Y que no nos gusta perder libertades.
Así que deseamos con mucha más ansia aquello que perdemos.
Te lo cuento con un ejemplo.
¿Alguna vez has tenido que hacer dieta baja en residuos?
Es una dieta en la que básicamente no puedes comer verduras ni nada que tenga un mínimo de fibra.
Pero te puedes hinchar a solomillos.
Pues no falla.
Justo el día que te pones a dieta baja en residuos lo que más te apetece en el mundo es una puta ensalada de lechuga y tomate.
Porque cómo jode NO PODER comerte una ensalada.
Cómo jode NO SER LIBRE de comer lo que quieras.
Que si la dieta dura más de tres días igual empiezas a salivar con el olor a repollo.
Así somos.
Salvo que seas un militante político.
Si a un militante político su amo y señor (casi siempre es un señor) le restringe algún tipo de opción (generalmente de pensamiento si es que le queda algún grado de libertad en este sentido), no sólo no se resistirá a ello sino que aplaudirá como si fuera un mono con platillos de juguete y pilas nuevas.
Si eres un militante político, al final del correo tienes un enlace para darte de baja.
Si no lo encuentras, me escribes y yo personalmente me encargo.
LOS TERRIBLES DOS
La primera vez que experimentamos la reactancia psicológica es alrededor de los dos años.
A esta etapa se la conoce como “los terribles dos”.
Si eres padre, madre o trabajas en una guardería (yo sigo llamando guarderías a las guarderías) esto que te voy a contar lo sabes SEGURO.
Hay un patrón razonablemente común en niños de esta edad
- Si les das un juguete, quieren otro
- Si les dices una cosa, hacen la contraria
- Si los coges en brazos, quieren que los bajes
- Si los dejas en el suelo, quieren que los cojas
Todo acompañado de lloros, gritos y quejidos tan sutiles como golpearte la rodilla con un bolardo de hierro mientras corres a coger el autobús.
Sutiles como este anuncio
Es la reactancia psicológica funcionando a todo meter.
- Cuando les damos un juguete, les estamos quitando la posibilidad de jugar con OTROS juguetes
- Cuando les decimos que hagan una cosa, les estamos quitando la posibilidad de hacer OTRAS cosas.
- Si los cogemos en brazos (sin que ellos lo pidan) les estamos quitando LITERALMENTE el suelo de debajo de sus pies, manos y posiblemente boca. Les estamos quitando opciones de movimiento
- Si los dejamos en el suelo (sin que ellos lo pidan) les estamos QUITANDO LITERALMENTE de nuestros brazos y con ello… yo qué sé. Algo. Vete a saber. Lo que está claro es que no les mola una mierda.
Hay un estudio realizado en Virgina con niños (varones) de dos años que va de esto.
En este experimento los niños entraban en un habitación donde había dos juguetes igual de molones.
Estos juguetes estaban siempre dispuestos de forma que uno quedaba junto a una barrera de plástico transaparente y otro detrás de ella.
Con algunos niños esta barrera era baja y podían coger el juguete por encima sin problemas.
Con otros niños la barrera era más alta, lo que les obligaba a rodear la barrera para llegar al juguete.
Y los investigadores medían cuánto tiempo tardaban los niños en llegar a ambos juguetes en ambas condiciones.
Resulta que si la barrera que ponínan era la baja, los niños no mostraban ninguna predilección por ninguno de los dos juguetes. Tardaban de media lo mismo en tocar un juguete que el otro.
Pero si la barrera era alta…
Si la barrera era alta los niños se iban disparados a por el que estaba más lejos.
Unas tres veces más rápidos.
Y todo esto parece que tiene una explicación a nivel psicológico.
Resulta que a esta edad descubren una cosa que hace que les estalle la cabeza: que son INDIVIDUOS separados del mundo.
–¡HOSTIAS! ¡Que resulta que YO SOY YO!
Y claro, ser uno mismo supone… que uno puede tomar decisiones.
Pero todavía no sabes cuáles puedes tomar y cuáles no.
No sabes hasta dónde llega tu libertad.
Así que lo que haces es ponerte a investigar hasta dónde puedes llegar.
Estos comportamientos son, en realidad, una BÚSQUEDA DE INFORMACIÓN.
Esto último lo voy a repetir porque es importante.
Los niños a esta edad BUSCAN INFORMACIÓN.
Los niños están explorando activamente en qué contextos van a estar controlados y en qué contextos van a poder tener ellos el control.
Y sobre todo, DÓNDE ESTÁN LOS LÍMITES.
Están cartografiando el mapa de su recién descubierta autonomía.
Por eso es FUNDAMENTAL proporcionarles INFORMACIÓN COHERENTE.
Esto también lo voy a repetir porque también es importante.
INFORMACIÓN COHERENTE.
Dejar bien claro en qué espacios tienen autonomía para decidir y qué espacios quedan fuera de su “jurisdicción”.
Y hacerlo DE FORMA CONSISTENTE.
Que si les estamos moviendo continuamente las fronteras, pues los pobres se arman un jaleo.
Y si no tienen las cosas claras, van a seguir probando.
Y no quieres librar las mismas batallas una y otra vez.
Porque las acabas perdiendo.
Tú lo sabes.
Y diría que ellos también.
Un truco que ayuda a minimizar estas guerras y que además contribuye a que nuestros pequeños ángeles endemoniados desarrollen su autonomía es dejarles tomar decisiones dentro de un contexto controlado.
Ellos no deciden cuándo cenar
Ellos no deciden cuándo bañarse
Ellos no deciden cuándo se van a la cama.
Pero sí pueden decidir qué cenar dentro de las opciones que les demos
Y qué juguetes llevarse al baño
Y qué cuento leer antes de dormir…
Dicho esto hay niños y niños.
Y niñas y niñas.
Y les niñes no existen. Son los padres.
Pero también te digo que si estás en esta etapa, puedes coger todo lo que te acabo de decir y tirarlo a la basura, porque lo más probable es que lo único que puedas hacer es sobrevivir.
Sobrevive como buenamente puedas.
Si esto que te acabo de contar te sirve de algo, genial.
Si no, pues ni puto caso.
Pero no desesperes porque dicen los que saben de esto que esta etapa se pasa.
Al menos durante un tiempo.
El tiempo que tardan en convertirse en adolescentes.
REBELDES CON CAUSA
En la adolescencia el episodio de la reactancia psicológica de los terribles dos se repite.
Y el origen es, de nuevo, la aparición de un nuevo sentimiento de individualidad.
Si antes de niños nos independizábamos del mundo, ahora durante la adolescencia nos independizamos del yugo abrasador de nuestros padres porque queremos adquirir nuevas libertades.
De las obligaciones, por lo que sea, tendíamos a olvidarnos.
El principio que opera detrás de esto es básicamente el mismo.
De adolescentes NECESITAMOS volver a explorar los límites de nuestro mundo.
Y cualquier presión que sintamos desde fuera (siendo fuera el mundo antiguo adulto) lo interpretaremos como un intento de socavar nuestras libertades y sólo nos animará a ir en sentido contrario.
Dicen por ahí que si quieres conseguir algo tienes tres opciones:
- Hacerlo tú mismo/a
- Pagar a alguien para que lo haga
- Decirle a tus hijos adolescentes que NO lo hagan
Y no voy a darte más la turra con los adolescentes.
Mejor te dejo por aquí esta charla de Carles Capdevilla para que la veas.
En ella dice Carles que la adolescencia es en realidad un mecanismo evolutivo que nos permite a los padres DESEAR que nuestros hijos se independicen y comiencen sus vidas alejados de las nuestras.
Es COJONUDA
Da igual si no tienes hijos.
Te vas a DESCOJONAR igual.
Es más. Si tienes que elegir entre seguir leyendo y ver esa charla, mi recomendación es que dejes de leer YA MISMO y le des al vídeo.
De lo mejor que he visto nunca.
LA REACTANCIA EN ADULTOS
Aunque a los dos años y durante la adolescencia la reactancia psicológica domina nuestra vida, durante el resto de ella por lo general permanece tranquila y sólo entra en acción de vez en cuando.
Y la forma de operar no dista mucho de lo que ya hemos hablado.
Si sentimos que se nos arrebata algo, la reactancia se activará.
Un par de ejemplos.
En un pueblo de Estados Unidos llamado Kennesaw, Georgia, aprobaron una ley que, FLIPA, obligaba a todos los adultos a comprar un arma y munición para tenerla en casa.
IU ES EI
IU ES EI
IU ES EI
🤦♂️🤦♂️🤦♂️
Pues resulta que la venta de armas y munición en el pueblo… se disparó (pun intended)
Pero esto fue debido a que gente de fuera del pueblo, atraídos por la noticia fueron a comprar armas ahí.
En realidad la ley tuvo el efecto contrario en los ciudadanos a los que sí les aplicaba (los buenos vecinos de Kennesaw).
La ley les estaba arrebatando la posibilidad de NO tener armas en casa. Así que los ciudadanos se rebelaron contra ella y no hicieron ni puto caso.
En otro caso, también en USA, se impuso una ordenanza orientada a proteger el medio ambiente, que consistía en prohibir el uso de detergentes y productos de limpieza que contuvieran fosfatos.
Un estudio que se realizó para ver qué impacto había tenido esta ley reveló dos reacciones:
La primera fue la esperable: muchos de los ciudadanos a los que se les restringió el acceso a fosfatos se convirtieron en defensores acérrimos de los fosfatos y a desearlos más que nunca.
En serio, fosfatos.
Que seguro que la mayoría de esa peña no sabía ni lo que eran antes de que se los prohibieran.
Yo, desde luego, no tengo ni idea.
Pues esta gente recurrió al contrabando y comenzó a almacenar compulsivamente productos con fosfatos.
Algunas de las familias llegaron a almacenar suministro de detergente con fosfatos para VEINTE AÑOS!!!
La segunda reacción fue bastante más sutil.
La mayoría de los consumidores llegaron a considerar los detergentes con fosfatos como mejores productos de limpieza, sin serlo.
Gente que, como ya he dicho antes, estoy convencido de que no tenían ni puta idea de fosfatos.
Así que esto es más o menos lo que intuyo que pasaba en sus cerebros:
- Sabemos que las cosas difíciles de conseguir son, por lo general, mejores que las que son fáciles de conseguir.
- Las cosas escasas son difíciles de conseguir.
-
*Luego… si los detergentes con fosfatos son difíciles de conseguir…
…y los que no tienen fosfatos no lo son…
…es que los detergentes con fosfatos…
¡¡¡SON LA POLLA!!!
(no como los otros detergentes que no tienen fosfatos y los consigue cualquiera).
Total, que todo este email para contarte que cuando nos quitan algo sentimos que se restringen nuestras libertades.
Que si nos dicen que NO podemos utilizar purpurina, a nuestro cerebro le dará igual que la purpurina contenga microplásticos y que eso sea malo malísimo para todos. Nuestro cerebro se pintará media cara de azul, se montará a caballo y comenzará a gritar “NUNCA NOS QUITARÁN NUESTRA LIBERTAD”
Y con esta imagen de tu cerebro en modo William Wallace terminamos el tema de la reactancia psicológica.
Pero no el tema de escasez, porque la semana que viene te voy a contar qué pasa cuando lo que nos restringen no son cosas materiales sino información.
Esto tiene un nombre.
Lo de que nos restrinjan información, digo.
Dale una vuelta a ver si se te ocurre qué es y qué efectos tiene en nuestros cerebros.
O no se la des.
Que no quiero yo ahora activarle la reactancia psicológica a nadie y que me vengan acusando de restringir libertades y no sé qué más.
Un abrazo, el notas atómico ⚛️
Teoría de la reactancia psicológica
A medida que se reducen nuestras posibilidades, se reducen nuestras libertades y a nadie le gusta perder las libertades que ya tenemos.
El deseo de conservar estas prerrogativas ya establecidas es la idea central de la teoría de la reactancia psicológica, elaborada por Jack Brehm.
De acuerdo con ella, siempre que nuestra libre elección se ve limitada o amenzada, la necesidad de conservar nuestras libertades nos hace desearlas (junto con los bienes y servicios que las acompañan) mucho más que antes.
Por lo tanto cuando el aumento de escasez interfiere con el acceso a algo que ya disponíamos, reaccionamos en contra de esa interferencia deseando ese artículo y tratando de conseguirlo con más desempeño que antes.
PD: ¿Conoces a alguien con niños de dos años? Puedes compartirle este correo… o no.
PD2: ¿Conoces a alguien con adolescentes en casa? Puedes compartirle este correo… o no.
PD3: ¿Te han enviado este correo? Puedes suscribirte a esta lista en https://notas-atomicas.com… o no
PD4: Tienes, no sé hasta cuándo, disponible los correos anteriores en El Archivo Atómico.
PD5 (sin rima): Esto sigue siendo mi interpretación libre de lo que he leído en el libro Influencia de Robert B. Cialdini. Mi recomendación es que lo leas. Es cojonudo. Pero eso. Es una recomendación nada más. Haz lo que te dé la gana.